2025/10/24

Capítulo 2. El Legado de Roma en el Corazón del Jalón

Capítulo 2. El Legado de Roma en el Corazón del Jalón

Tras la caída de Segeda y el fin de la resistencia celtíbera, el valle del Jalón entró en una nueva era: la romanización. Aunque Morés no fue un centro urbano de primer orden, su ubicación estratégica en la vía natural entre la Meseta y el valle del Ebro lo convirtió en un eslabón importante en la red de comunicaciones y explotación económica del Imperio. Durante siglos, la influencia romana dejó huellas profundas en la organización del territorio, la agricultura, el urbanismo y la cultura local.

La conquista y el control del territorio

La conquista romana del valle del Jalón se completó tras la destrucción de Segeda en 152 a.C., tras una larga resistencia que obligó a Roma a reorganizar su calendario (el año comenzó a contarse desde el 1 de enero). Con la pacificación de la región, los romanos establecieron una red de vías que conectaban las principales ciudades del noreste peninsular. Aunque no se ha documentado una vía romana directa por Morés, su cercanía a la calzada que unía Caesaraugusta (Zaragoza) con Segobriga (Cuenca) y Complutum (Alcalá de Henares) sugiere que el término de Morés formaba parte de una ruta secundaria de conexión entre el Sistema Ibérico y el Ebro.

El control del territorio se ejercía desde centros administrativos como Bilbilis (Calatayud), que se convirtió en municipium y núcleo de romanización de toda la comarca. Desde allí, los romanos organizaron la explotación agrícola, el reclutamiento militar y la imposición de impuestos, integrando progresivamente a la población indígena en el sistema imperial.

La romanización de la economía y el paisaje

La economía de Morés y su entorno cambió profundamente con la llegada de Roma. Los romanos introdujeron nuevas técnicas agrícolas: el arado de vertedera, el cultivo en terrazas, el riego canalizado y el uso de abonos. Se intensificó el cultivo de cereales (trigo, cebada), viñas y olivos, que se convertirían en pilares de la economía local durante siglos.

En el valle del Jalón, los romanos aprovecharon los suelos fértiles y el cauce del río para establecer villae —grandes explotaciones agrícolas que combinaban residencia señorial, granjas y talleres. Aunque no se han hallado restos de villae en Morés, la presencia de cerámica romana común (terra sigillata, ánforas de aceite y vino) en el entorno sugiere que el territorio fue parte de esta red de explotación.

Urbanismo y vida cotidiana

La vida cotidiana en la zona de Morés durante la época romana se adaptó a los modelos imperiales. Aunque no existía una ciudad, los asentamientos rurales adoptaron elementos de la cultura romana: el uso del latín, la moneda, la escritura y las costumbres urbanas. Las familias más acomodadas vivían en casas de planta rectangular, con muros de mampostería y suelos de terrazo, mientras que las clases más humildes mantenían estructuras más sencillas.

La religión también cambió: los dioses indígenas se fusionaron con los romanos en un proceso de interpretatio romana. Así, deidades locales como el dios del agua o el del sol se identificaron con Júpiter, Neptuno o Apolo. En el entorno de Morés, aunque no se han encontrado templos, sí hay indicios de cultos rurales en lugares elevados, como el cerro de San Félix, que podría haber tenido un santuario.

El legado de Roma en Morés

El paso de Roma por Morés no dejó grandes monumentos visibles, pero su influencia perdura en aspectos fundamentales: la organización del territorio, el sistema de cultivos, el uso del latín como base del aragonés, y la estructura de las vías de comunicación. Incluso el nombre del río Jalón podría derivar del término latino Saldua o Iallón, aunque esta etimología aún se debate.

La romanización no fue un proceso violento, sino una integración progresiva. Los celtíberos no desaparecieron, sino que se transformaron, adoptando elementos romanos mientras conservaban su identidad. En Morés, como en muchos pueblos del interior, este mestizaje cultural sentó las bases de una comunidad rural resistente, que sobreviviría a los siglos de cambios políticos y sociales.

Curiosidades

  • El cambio del año nuevo al 1 de enero se debe, en parte, a la necesidad de Roma de organizar mejor las campañas militares tras la rebelión de Segeda.
  • El término “Jalón” podría derivar del latín Saldua, aunque también hay teorías que lo vinculan con raíces ibéricas o celtíberas.
  • En Calatayud se han hallado inscripciones romanas que mencionan a veteranos legionarios, lo que sugiere que el asentamiento de Bilbilis fue también un centro de repoblación militar.

Fuentes Consultadas

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Las fuentes incluyen el Portal de Archivos Españoles (PARES), el Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA), el Diccionario de Madoz, archivos municipales y bases de datos académicas.

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